Del año 2015 al 2020, nuestro Ceo fundador Kike Martín @kmhist, estuvo trabajando con clientes utilizando la fuerza de la gravedad. Es decir, he estado utilizado “pesos”, o máquinas con pesos, para poder estimular de la forma más eficiente y segura sus músculos.
Los pesos convencionales, las mancuernas y las barras, pasaron a la historia para Kike, cuando en el año 2015 tuvo la oportunidad de trabajar con las mejores herramientas hasta el momento en el panorama del fitness. Máquinas Nautilus y Medx con resistencia variable.
Estas máquinas, fueron diseñadas a partir de los años 70/80, y permitieron introducir la biomecánica, y el trabajo más seguro a nivel articular, en el sector del entrenamiento de fuerza. Arthur Jones fue el creador de las primeras máquinas del fitness, tal y como hoy las conoces.
Las máquinas Nautilus/Medx, bien diseñadas, con unas características biomecánicas adaptadas a las articulaciones de los usuarios, y con resistencia variable, ofrecen sin duda una de las mejores opciones para estimular la musculatura de una forma eficiente y segura, siempre que los protocolos utilizados sean los adecuados.

Cambio de paradigma.
Por el año 2020, llegó la pandemia, y para algunos, entre ellos Kike Martín, llegó la oportunidad de que sucedieran 2 cosas, o hundirse, o reinventarse.
Su elección fue reinventarse, salir de su zona de confort, y descubrir lo que ha día de hoy se ha convertido en un gran proyecto de salud para muchos usuarios como tu.
A través de las redes sociales, tanto a sus clientes, como seguidores de sus redes sociales, tuvieron la oportunidad de entrenar de forma eficiente y segura, en casa, y sin la necesidad de apenas aparatos. De hecho, con el propio peso corporal podían realizar sus ejercicios.
Al no disponer de máquinas casa, tuvo la oportunidad de experimentar también por si mismo, todo lo que había aprendido en sus libros de entrenamiento, que no estaban relacionados con el uso de máquinas, sino que utilizaban principalmente el peso corporal, o materiales sencillos.
Más de 2 años y medio estuvo entrenando exclusivamente con estos protocolos, sin máquinas, en su propia casa, y de 1 a 2 veces máximo por semana como venía haciendo anteriormente con máquinas.
Aplicar la intensidad adecuada.
Uno de los grandes descubrimientos que hizo, fue saber que si se aplicaba la intensidad adecuada, es irrelevante entrenar en casa, o con máquinas. El hándicap estaba en saber hacer bien las cosas, y evidentemente, esto no es fácil si no eres un experto en el entrenamiento de fuerza.
Uno de los resultados que más le sorprendió, fue que después de más de 2 años y medio sin entrenar con máquinas, en su primer entrenamiento de vuelta a las mismas, había mejorado todas sus marcas.
Se había hecho más fuerte durante esos 2 años, entrenando en casa, con unos protocolos distintos, y aquí viene lo verdaderamente sorprendente, invirtiendo menos tiempo de esfuerzo.
Sí, he dicho que estuvo entrenando en casa de 1 a 2 veces máximo por semana, pero el tiempo que hacía en cada uno de los ejercicios pasó de 90 segundos en sus inicios (más parecido al invertido en una serie convencional de alta intensidad con máquinas), a tan solo 15 segundos.
En los últimos 6 meses de su experimentación, Kike invertía de 15 a 30 segundos máximo en cada ejercicio. Y esto provocó no solo que no perdiera masa muscular, sino que siguiera ganando fuerza, para como he dicho anteriormente, pudiera superar todas sus marcas personales en máquina más de 2 años y medio después.
¿Dónde está el asunto de que las pesas han pasado a la historia?
La respuesta es que Kike sólo hizo ejercicios estáticos durante todo ese tiempo. Dejó de mover pesos, para trabajar exclusivamente empujando, o tirando de un objeto inmóvil de 15 a 30 segundos, para un total de 5 a 10 ejercicios, con tan solo una serie por ejercicio. No más de 10 minutos de ejercicio real por semana.
Bien, esto a uno le hace estallar la cabeza. Le hace buscar estudios que corroboren lo que te está pasando. Le hace probar con amigos y clientes. Y todos los resultados obtenidos llegaban a la misma conclusión. Había estado años entrenando más de lo debido, y podría haberlo hecho en su propia casa si hubiese querido.
Y, ¿Sus clientes aplicaban el mismo nivel de esfuerzo, y hacían los ejercicios de forma correcta, si no estaban siendo supervisados?
Estos fueron los problemas que Kike se encontró con sus clientes.
- Necesitaban a un entrenador personal, bien al otro lado de la pantalla, o en directo para hacer bien sus ejercicios.
- Necesitaban del aliento del entrenador personal, para llegar a la intensidad adecuada.
- Necesitaban “medir, o cuantificar” el esfuerzo realizado, ya que no había pesos que calcular.
¿Y si hubiera podido tener a sus clientes de forma presencial, haberles podido corregir, y alentado, además de haber podido cuantificar el esfuerzo que hacían, para ver su evolución, y ajustar así su frecuencia y volumen de entrenamiento?
Eh, voila, las máquinas de resistencia adaptativa te permitiría trabajar de forma estática, te darán la oportunidad de ajustar cada ejercicio al milímetro, nuestros entrenadores podrán animarte durante el ejercicio para ayudarte a alcanzar la intensidad adecuada, y lo más importante, podrás ver y seguir el registro del esfuerzo realizado en cada una de tus sesiones, y llevar un seguimiento para poder lograr tus objetivos con la menor inversión en tiempo posible.
